viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Por qué no he hecho los deberes?

Explica, de forma más convincente que el niño de la viñeta, 
por qué no has hecho los deberes o por qué no has podido entregarlos a tiempo. 


18 comentarios:

  1. Un viernes por la tarde, me decidía entre jugar con mi perro o hacer los deberes, contuve un suspiro, di media vuelta y opté por la segunda opción (aunque mi perro se molestó mucho). Tras mediar, reflexionar y escribir cuantas cosas se me venían a la cabeza, fui a por algo para beber. Cuando volví, la corriente de viento había arrojado los deberes al suelo, me asusté y solté la copa que tenía en mis manos. Me encontré los deberes justo en medio y al otro lado a mi perro que tenía esa hoja reflejada en sus ojos que veía con coraje, di un salto, pero me resbalé y me golpeé la cabeza. Mientras cerraba los ojos veía mi vida entera pasar por delante y el sonido agobiante de mi perro digiriendo lo que con mucho esfuerzo había realizado.
    Cuando desperté todo había terminado, pero cuando recuerdo lo ocurrido aun no puedo evitar llorar.

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  2. Todo empezó por la mañana. Justo ese día me levanté muy temprano con la mente fresca, para poder hacer los ejercicios de castellano. Me preparé el desayuno y después cogí mi libro y me senté en el escritorio de mi habitación.
    Cuando empecé a leer el primer ejercicio, en ese preciso momento, sonó un ruido terrible. Alcé la vista hacia la ventana y vi seis helicópteros rodeando mi casa. Uno de ellos estaba justo delante de mi ventana. Entonces de repente por mi ventana entró un señor diciéndome que era del servicio de rescate. Me dijo que tenía que ser evacuada inmediatamente por motivos de seguridad. Obviamente no me dio tiempo a coger nada ni siquiera mi libro de castellano.
    Finalmente cuando salimos de allí y yo me tranquilicé un poco, me explicaron que en mi edificio había una bomba de gas super tóxico. Por este motivo no pude hacer mis deberes.

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  3. Para el lunes 29 de octubre tenía que entregar un trabajo de Literatura. Me habían dado dos semanas para entregarlo pero pasó lo mismo que nos pasa a todos pensé que tenía tiempo suficiente para hacerlo pasó la primera semana y yo continuaba como si nada, y cuando apenas faltaban tres días me puse a hacer el trabajo, ya iba muy adelantado llevaba un poco más de la mita me entró un fuerte dolor de cabeza y pensé en dejarlo para terminarlo el sábado. Aquel día me levante más temprano de lo normal para terminarlo antes de que mi hermano se levantara porque tenía que quedarme con él.
    Cuando terminé el trabajo lo dejé encima de la cama y me puse a hacer cosas. En un momento de descuido mi hermano entró a la habitación e hizo de mi trabajo un desastre. Cuando me di cuenta me enfadé, pero reaccione a tiempo y pensé que aún lo podía volver a hacer. Pero el domingo se me pasó por completo y cuando me acorde era demasiado tarde ya no había tiempo de hacerlo, tuve que conformarme con un cero a pesar de que lo entregué como estaba

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  4. Ayer por la tarde, me desperté luego de la siesta ,decidido a hacer la tarea que tanto anhelaba realizar, ya que trataba sobre uno de mis escritores preferidos , Edgar Allan Poe.
    Empecé a leer el cuento “ el corazón delator “ , y sentía que mientras leía , poco a poco me sumergía en la historia, y cuanto más me concentraba , más escuchaba los latidos de un corazón en la tarde silenciosa.
    Fue entonces cuanto mi hermano rompió en llanto y fui a ver que pasaba, aunque todo era ruido , aún podía oír algunos latidos. Me pude percatar, que por debajo de la cama se desprendía un gas de color grisáceo y de olor hediondo.
    Sin dudarlo, traje un martillo y de un par de golpes rompí el pavimento.
    No creía lo que veía, un corazón latiendo en el medio de la tierra, tal como lo decía el cuento, era tan tétrico y macabro , que ahogó mis gustos por aquel cuento en un profundo mar de temor.
    El pánico se apoderó de mi, me quede inmóvil por un par de segundos, mis ojos se nublaron y la respiración se retardaba debido al olor insoportable, y finalmente me desvanecí.
    Desperté hoy en el hospital, e insistí para poder venir al instituto y poder contarle lo que había sucedido.

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  5. _ ¿Dónde están tus deberes, Oumaima?
    _ No los tengo porque este fin de semana fui a cuidar a mis abuelos debido a que estaban enfermos. El viernes por la noche, cuando me iba a hacer los deberes, a mi abuela le dio un ataque al corazón por cual tuvimos que ir urgentemente al hospital. Estuvimos ahí toda la noche, esperando saber qué le pasa a la yaya, pero no nos informaron de nada. A las diez de la mañana el doctor nos dijo que mi abuela había fallecido. Esa noticia me dejo destrozada, no pare de llorar… El domingo fue el entierro, el peor de toda mi vida. Mis padres lo estaban pasando mal, pero no tanto como mi abuelo. El resto del día me lo pasé llorando en la habitación.
    _ ¿Tu abuela no se había muerto el mes pasado?
    _ Ya, pero esta vez se murió mi otra abuela,…
    _ Bueno, entonces los haces para mañana.

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  6. ¿Por qué no hice los deberes?
    Yo tenía previsto jugar a un juego que se llama “una vida mejor” todo el sábado y el domingo hacer los deberes, pero me pasó algo muy extraño, tanto que no se lo he contado a nadie, temiendo que fuese producto de mi imaginación.
    Todo empezó el sábado jugando al videojuego hasta las tantas de la noche, pero al despertarme todo era diferente era como si el mundo hubiese entrado en el juego, era la realidad u el juego fusionados, todo en uno, todas las personas que conocía en la vida real eran un personaje de “una vida mejor”, cada uno de ellos se adaptaba a un personaje del juego dependiendo de su físico y su personalidad.
    Me fui a dormir, me desperté el lunes como si nada hubiese pasado, nadie se acordaba de nada, todo el mundo aparentaba que nada había ocurrido, en cambio, yo sé que todo eso fue real.
    Todos los de esta clase aparecíais, y lo mas extraño, era que la profesora Elisa era la malvada de mi fantasía. Aun no sé si fue real o no, pero lo que sé es que no hice los deberes por esta causa.
    ¡FIN!

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  7. Entraron a robar en casa

    El miércoles por la tarde tenía muchos deberes para hacer, estaba muy agobiada pero pensé en
    cómo se pondría la profesora sí veía que no tenía los deberes hechos.
    Empecé a hacer la tarea de castellano que me llevó tiempo pero la terminé y fui a comprar el pan, para cenar. mientras bajaba las escaleras, escuché ruidos y portazos pero no presté atención y seguí bajando. Al volver subiendo las escaleras lentamente llegué a la puerta de mi casa y ví que estaba abierta, me asusté. empecé a temblar.
    No sabía qué hacer, solo pensé en las cosas que tenía en mi habitación. Entré poco a poco con miedo, llegué a la habitación y no me importó la pulsera de diamantes sino solamente los deberes de castellano.
    Miro dos veces y veo que los ladrones se llevaron los deberes que con mucho esfuerzo había realizado en vez de la pulsera. En ese momento no sabía cómo actuar sí tenía que ir a denunciar u olvidarlo pero tuve el valor y fui. Tras escuchar mi versión y analizar el caso llamaron al FBI, que llegó de inmediato para revisar las huellas del ladrón en mi habitación. Esta es la razón por lo cual no he podido entregar la tarea.

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  8. Ayer por la noche sentada en mi escritorio me disponía a hacer los deberes, así como habia ordenado la profesora. Lo hacía con mucho esmero, en absoluto silencio, sin interrupciones, escribiendo y escribiendo, dejándome las pestañas en la materia que más me agrada. Tres horas más tarde, ya dándole los últimos repasos sonó la puerta, me avisaban que tenía una llamada urgente, dejé mis escritos y salí a toda velocidad. Tardé aproximadamente 15 minutos en volver.Cuando entré y me senté, empecé a sentir como la silla bailaba debajo de mí,en eso se abrieron fuertemente las ventanas, pensé que era el principio de un terremoto, gran confusión!. De repente mis ojos vieron una enorme máquina aspiradora que subía lentamente y sin tiempo a reaccionar empezó a tragarse todo lo que decoraba mi habitación. En cuestión de segundos quedó vacía, arrasó con todo y con mis preciados deberes. Me senté en una esquina, allí pasé toda la noche hasta que me tocó regresar sin más consuelo que el de justificar que puse todo mi empeño en el trabajo, pero que ese desastre no me dejó más que el bolígrafo con el que me sujetaba el pelo.

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    1. Después de un largo y divertido fin de semana familiar, en el cual me había desentendido completamente de mis labores académicas.
      Era domingo por la noche, estaba muy cansada así que me fui a dormir.

      Día lunes a primera hora en clase de química, estaba rezando para que la profesora sufriera amnesia momentánea y así no pasara a revisar los deberes, y de repente...
      -¡Gissela, el ejercicio 7!
      -Profesora no los tengo, no he podido hacer los deberes porque ayer me pillé el dedo índice con la puerta de la cocina y me dolía mucho al coger el bolígrafo. Y como soy muy frágil con el tema de los huesos, mi madre se preocupó mucho y me llevó al hospital de urgencias. El médico nos dijo que me faltaba calcio en los huesos.
      Al salir del hospital fuimos directamente al supermercado a comprar lácteos. Al llegar a casa, mi madre me dio tres vasos de leche con un bocadillo de queso. Pero me sentó mal, así que me dolía mucho la barriga. Entonces mi madre me dio una pastilla que iba muy bien para el dolor de estómago, pero no se dio cuenta de que las pastillas habían caducado hace semanas.
      Volví nuevamente al hospital y me pasé horas y horas esperando a que me atendieran, al ver que no me atendían regresé a casa y mi abuela me preparó una infusión mágica con hierbas aromáticas y gracias a eso hoy me encuentro mucho mejor.
      -(Cara de sorpresa de la profesora) ¡Eso me huele a cuento chino! ¡Tienes un negativo y llevas tres! ¿Y tú Tamara, lo tienes hecho?

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  9. Profesora, sé que no me vas a creer, pero sí que hice los deberes. Lo que pasa es que me los olvidé en la selva. Sí, verás, a mi madre le tocó un viaje al Amazonas en un sorteo de estos de internet. Bueno, fui con mi madre, obviamente; con mi hermana y con mi padre.
    Cogimos el vuelo y como tenía deberes, puse un bolígrafo y hojas en blanco en la maleta para hacer la redacción en el avión. Los hice tranquilamente, sin distracciones, mientras volábamos. Llegamos a nuestro destino y deshice la maleta, también saqué los deberes. Estuvimos solo un día y una noche, pero fuimos al río con una barquita y nos enseñaron a trepar por los árboles. Hicimos tantas cosas que no tenía tiempo para pensar en otras.
    El día que nos tocó irnos puse en mi maleta todo y cuando llegamos a casa me di cuenta de que me había dejado los deberes en la casita donde nos hospedamos.

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  10. Profesora, no pude traer los deberes de Castellano a clase porque me olvidé la libreta en casa.
    Llegué a casa ayer por la noche, todo fue porque me encontré a Mónica, una antigua amiga de la infancia.
    Me dijo que fuésemos a tomar algo y ponernos al día de nuestras vidas, me llevó a un bar un poco lejos pero muy agradable, empezamos a charlar y se nos pasó la tarde. Como a las 12 de la noche llegué a casa, me puse a hacer los deberes hasta tarde... me dormí a las 4 de la madrugada.
    Sonó el despertador y apenas podía levantarme de la cama, no podía faltar así que me levanté.
    Cuando llegué a clase me di cuenta de que sin querer con las prisas y el sueño, me había dejado la libreta encima de la mesa.

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  11. Era un día caloroso, como siempre, estuve haciendo los deberes de castellano para la semana siguiente. Hice todos menos el resumen, porque en el momento que empecé a escribir, apareció una nube extraña y se llevó mi bolígrafo. Era el único que utilizaba para escribir, sin él, no podría crear ninguna buena obra.
    A continuación tomé la decisión de ir a recuperarlo. Entonces, fui a la montaña más alta del pueblo y estuve 6 horas allí observando el cielo. Con mucha suerte, encontré la nube y empecé a chillar: ``devuélveme el bolígrafo! No sé quién eres, pero sea como sea, lo recuperaré´´.
    Las palabras y amenazas no sirvieron de nada, la nube seguía en su lugar y mi bolígrafo continuaba desaparecido. El cielo empezaba a oscurecerse y las casas empezaban a encender las luces. Finalmente, abandoné mi decisión. Pero, al llegar a casa, un objeto cayó desde cielo y me golpeó la cabeza. Lo recuperé y descubrí que era mi bolígrafo, pero, no quedaba ni una gota de tinta, quizá la nube la había absorbido.
    Como que era el único que utilizaba para escribir y visto que no quedaba tinta, no pude acabar mi resumen, con mucha lástima y pena.

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  12. -Paula, el ejercicio tres.
    -Verás profe, hoy no he traído los deberes porque ayer por la tarde, justo cuando iba a empezar a hacerlos, sonó el teléfono en mi casa. Como mis padres no estaban tuve que levantarme a cogerlo. Salí corriendo y sin darme cuenta me estampé contra la puerta de cristal del comedor, ya que no advertí que estaba recién lavado. En aquel momento sentí un fortísimo dolor en el lado derecho del abdomen que me cortaba la respiración y me dejó ahí tumbada en el suelo. No me atrevía a moverme de allí. Cuando llegaron mis padres me llevaron de urgencias, y como bien sabes la sanidad no está en sus momentos de máximo esplendor y tardaron horas en atenderme, no lo hicieron hasta la madrugada. Por suerte los médicos no encontraron nada más que una contusión que se me irá en varios días tomando ibuprofeno, y claro, evidentemente, no he tenido tiempo alguno de hacer los deberes, como bien comprenderás.

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  13. Al llegar a casa después de un día agotador, llegue como de costumbre con hambre, así que cogí la comida de la nevera y comencé a comer al acabar me puse a limpiar el piso, ya que mi madre iba llegar a las 10 de la noche a casa, de pronto recibí un mensaje de mi mejor amigo diciéndome _ ‘¿Quedamos?’- yo respondí ‘¡Sí!’- al acabar de limpiar-. Nos encontramos en el parque de siempre, decidimos dar un paseo platicando, de pronto apareció un señor alterado, cansado, asustado y con un maletín, sin pensárselo aquel hombre nos dio el maletín y nos dijo: ‘Protegerlo, queda poco tiempo’ y desapareció. Nosotros sorprendidos no sabíamos qué hacer entonces aquel maletín comenzó a moverse. Fuimos a casa de Andrés y lo abrimos, en su interior había un huevo antiguo que saltaba de pronto se rompió y salió un animalito que tenia apariencia de un mini dragón, él sabía hablar y nos informo lo que sucedía, nos explico que aquel hombre le protegía porque había personas que querían destruir su especie, él era el ultimo que quedaba, nos pidió ayuda. Lo llevamos y sacó un mando y apretó un botón y en pocos minutos apareció una nave en la que se montó, nos dio las gracias y se fue. Hemos llegado a casa hace poco tiempo, eh cogido mi mochila pensando en todo lo que ha ocurrido, por lo que no sé qué tareas habían las cuales no he hecho.

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  14. - Gagandeep! Porque no has echo los deberes?
    - Querido Profesor, como usted ya sabe que hay mucha gente alérgica en el mundo. Alguien es alérgico al polvo, otro a la tiza, pero mi alergia es muy especial tan especial que me gusta. Yo soy alérgico al papel y solo puedo utilizar el papel reciclado.
    Ese día cuando me puse hacer la tarea de castellano la que es mi asignatura favorita, vi que se me acabaron los folios reciclados. Como no me podía resistir a la tentación de hacer la tarea de castellano, me arriesgué a coger las hojas no recicladas con unos guantes. Por desgracia un guante estaba roto y sin querer toque la hoja no reciclada. Al tocar aquel elemento me desmayé y no volví a despertarme hasta el lunes. Por esta cusa no hice los deberes de mi asignatura favorita.

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  15. Este fin de semana tuve que ir a Granollers y los deberes se me quedaron en casa. El domingo por la tarde noche llegué a mi casa y me puse rápidamente a buscar mi trabajo para acabarlo. Los encontré tirados en el suelo de mi habitación y me fijé que estaban amarillentas las hojas, deduje que mi perro se había meado en ellas.Mi madre, después de que yo empezara de nuevo el trabajo me dijo:-"Luis Miguel vete a comprar el pan de mañana". Entonces le respondí con un desganado:"-Sí".
    Al volver, me encontré una situación muy rara y era ver a mi hermana pintando el trabajo que ya tenía medio acabado. Tuve que volver a empezarlo y dije en voz alta:-"A la tercera va la vencida". Volví a hacer el trabajo pero esta vez en ordenador.
    Cuando acabé el trabajo le di al botón de imprimir y pude leer un decepcionante: -"No hay tinta. Recargue, por favor". Así que no tenía otra opción que enviármelo a mi mismo pero esos días el Internet no funcionaba y como ya eran las tantas de la madrugada me fui a dormir.

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  16. Día 29/10/12. Lunes
    Querido diario:
    Esta mañana, a pesar de mi perfecta declaración en clase, la profesora de historia me ha castigado por no haber hecho los deberes. ¿Cómo puedo haber dudado de mí?
    La profesora, como siempre, pasó por nuestras mesas con su libreta de notas. Cuando llegó a la mía y vio mis deberes escritos con mi nueva tinta invisible, la “sonrisa” amable desapareció de su rostro. Entonces, con calma empecé a buscar mi rotulador capaz de descifrar mi tarea. ¡Pero no, también se había vuelto invisible! En aquel momento yo estaba horrorizada. Sin más remedio, empecé a dar la más “sincera” explicación e intentar convencerla de que sí había hecho los deberes pero no podía mostrarlos porque no tenía el rotulador.
    Ella igual que un robot, no comprendió ni una de mis palabras, así que después de la case hice una copia. ¡Gran amigo mío, seguro que tú sí estás de acuerdo conmigo en que fue una excusa magnífica y bien planificada!

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  17. Cuando me tocó la clase de castellano, la profesora cuyo apodo era “La yonqui” se plantó delante de mí diciéndome:
    _¿David tienes hechos los deberes?
    Le respondí con un ademán negativo, por lo tanto tenía que inventarme una excusa creíble para que me diera otra oportunidad. Con los nervios a flor de piel y sin saber qué decir le lancé unas palabras.
    _ Profesora, ayer fui a la biblioteca a hacer los muchos deberes que tenía pero no los acabé todos, porque iban a cerrarla. Mientras me dirigía a casa, iba viendo en la agenda los deberes que tú habías puesto. De repente un perro ladró detrás de mí, por eso me asusté y lo que tenía en las manos acabó en un charco de agua.
    _ Y eso que tiene que ver con los deberes?- dijo la profesora.
    _ Pues cuando levanté mi agenda, vi que se había borrado todos los deberes que tenía que hacer- Le dije.
    _ ¿Pero no podías haberte comunicado con un compañero?- dijo la yonqui.
    _ Es que llevo una semana sin internet y sin teléfono. No sé, si pudieras darme otra oportunidad- Le dije mientras me miraba de forma reticente.
    _ Bueno, está bien, pero solo un día más, o si no tienes que acartar las consecuencias- Profirió la maestra
    Al terminar la clase me sentía una persona pérfida por haber mentido a la de castellano pero también me sentía orgulloso de mí mismo porque nunca había tenido una excua tan buena como esa.

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Profesora de Lengua y Literatura.